Se estima que el 38% de la población mundial lleva algún tatuaje, y de todas esas personas, muchas de ellas lucen más de uno sobre su cuerpo. También se dice que España es el sexto país del mundo con más adeptos a esta práctica.
Estos datos ponen de manifiesto el alto grado de impacto que tiene la filosofía tattoo entre la población. Para confirmarlo, basta con darse una vuelta por cualquier ciudad o pueblo grande de España, pues será fácil encontrar estudios con artistas tatuadores. O bucear un poco en redes sociales, donde se localizan perfiles de profesionales de este oficio que tienen miles de seguidores.
El auge de esta industria se refleja en el avance de los diseños, las técnicas y el instrumental, pero hay también una idea que nunca se abandona, el agua y la tinta son el alma del tatuaje. Hoy hablamos de las primeras, las agujas para tatuar, de los distintos tipos que existen y para qué sirve cada una de ellas.
Tipos de agujas
No todas las agujas sirven para tatuar, pero sí es imprescindible acudir a un objeto de este tipo para hacer un tatuaje. Dentro de este mundo podemos encontrar numerosas variantes adaptadas a cada estilo de trabajo, con diferentes medidas y hasta con implementaciones que permiten una menor irritación de la piel. En cualquier caso, siempre hay que tener una máxima presente, las agujas son de un solo uso.
La elección de una u otra va a depender del estilo del tatuador, la máquina que utilice y los diseños a dibujar sobre la piel. El artista tatuador entiende que sus agujas son como una extensión más de su mano, de ahí que deba conocerlas con total maestría, para garantizar la máxima precisión al trabajar con ellas.
Agujas round liner o RL
La aguja RL es la más básica de cuantas existen. Son las que usan los tatuadores cuando se están iniciando en esta práctica. Reciben el nombre de round liner porque son redondas y están diseñadas para crear líneas y contornos bien definidos.
En función de la configuración de la RL se pueden encontrar de una a veinte agujas formando un círculo. Todas ellas están soldadas entre sí para facilitar el manejo, ya que si una se desliza y ocupa una posición indebida, el tatuaje pierde calidad.
Con las round liner se pueden trazar líneas gruesas, medias y finas. Valen para todo tipo de tatuajes, pues al final no hay trabajo de este tipo que no requiera al menos un delineado.
Agujas round shader Ors
Las round shader son agujas muy útiles cuando queremos rellenar huecos, especialmente en los trabajos que tienen muchas curvas. Con estos modelos se pueden recrear sombras. Son muy precisas, perfectas para lugares en los que no hay que salirse.
Guardan ciertas similitudes con las RL, porque se disponen en círculos, pero no están tan agrupadas. Un apunte relevante, estas agujas no sirven para cubrir grandes superficies de piel. En total suman de tres a treinta agujas juntas.
Agujas Magum o M
Una tercera variante son las agujas Magnum, que son parecidas a las RS pero solucionan el impedimento de las grandes extensiones. También son muy válidas para las sombras. Ejercen poca presión sobre la piel, por tanto, poco daño. Su presentación es en forma de dos líneas paralelas y planas entre sí que se intercalan para lograr el mejor resultado posible.
Aquí solo hay dos posibilidades, la Magnum 1 y la Magnum 2. La M1 presenta las agujas muy separadas entre sí, y la M2 todo lo contrario. Las agujas utilizadas van de cuatro a 49.
Round Magnum o RM
Las RM son muy similares a las Magnum, pero con dos filas de agujas que terminan en curva. Sirven para hacer degradados y sombreados de manera cómoda. Su nombre popular es el de aguja de lengua de gato, por la similitud con el pincel del mismo nombre.
Estas agujas se disponen en grupos de cinco a 59 unidades. Se pueden utilizar en pieles muy sensibles y son óptimas para tatuajes en lugares muy delicados.
Agujas Flat
La última tipología es la Flat. Estos modelos se componen de una sola fila de agujas soldadas entre sí que sirven para rellenar grandes extensiones, degradados, difuminados y detalles complicados.
Son la alternativa a las Magnum y se comercializan en varios formatos, de cuatro a once agujas en una sola fila. En definitiva, perfectas para crear tatuajes complejos.
Las agujas para tatuar son como las tijeras o los peines para los peluqueros. No solo se trabaja con un único modelo, sino que se combinan muchos entre sí para ofrecer el mejor resultado posible y satisfacer los deseos de los clientes.